Opiniòn personal
Hoy comparto un libro divertido, que a pesar de que el título puede parecer engañoso, merece la pena leer. No es muy extenso, 227 páginas, pero el contenido engancha desde un principio. A mi personalmente se me ha hecho bastante corto. Fernando, abogado de profesión, está cansado de comer solo en un restaurante y forma un grupo de amigos de la forma más original. En otra mesa se encontraba cenando sola María. Fernando se presenta y la convence para cenar ambos en compañía. El grupo acaba de nacer con ellos dos. Después se les unirá Joaquín, informático, otro personaje que también acostumbraba a comer solo con la compañía de un libro al que convence María para que se les una al grupo. Teresa es la siguiente en llegar, bibliotecaria, la captan cuando está soportando una cola para coger mesa, este hecho provoca que se una al grupo. Joaquín bautiza al grupo con el nombre de “mesa de la risa”. Una silla quedaba vacía en esa mesa. Al cabo de un año apareció sin más Enrique, veterinario de profesión, viendo que había una silla libre y se sentó con ellos. El quinteto de amigos ya estaba formado. Al cabo de 7 años comiendo juntos, un día entra una extraña pareja al local. Será el principio del fin, lo que desunirá al grupo.
El libro dedica una parte a cada personaje donde podremos profundizar sobre ellos y así hilar el misterio. ¿Porque esta pareja de enigmáticos personajes desunen al grupo?, es interesante descubrirlo. La obra en sí me ha gustado, es muy entretenida y fresca. No es muy extensa pero si aditiva a la hora de querer descubrir a estos personajes tan peculiares. Yo recomiendo su lectura, el autor ha plasmado un buen libro para ratos de ocio, además de que me parece que tiene bastante originalidad.
Gracias por tu reseña, me alegra que hayas disfrutado con la lectura del libro. La idea era que fuese una historia fresca, como dices, aunque hay reflexiones de fondo corresponde al lector decidir si se quiere detener en ellas.
ResponderEliminarEn fin, gracias de nuevo por leerla y por recomendarla, es un lujo conocer los pensamientos de los lectores.
Un abrazo,
Andrés