Datos del libro
- Nº de páginas: 285 págs.
- Editorial: PLUTON EDICIONES
- Lengua: ESPAÑOL
- Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
- ISBN: 9788415089193
- Año edicón: 2011
- Plaza de edición: BARCELONA
Sinopsis
Hijas de las fantasías del poeta y narrador español Gustavo Adolfo Bécquer. Nadie como él ha sabido plasmar el espíritu romántico y misterioso que inspiraba la época, así como los amores, sobre todo, aquellos que presentan un final trágico.
Opiniòn personal
Hace poco he vuelto a leer el libro este libro y como me gusta mucho este autor quise
releerlo de nuevo…
Su lectura es muy instructiva, sobre todo
por la época en la que està escrita.
Es un libro de 285 páginas pero muy
entretenido de leer y más con la magia que transmite Becquer con esas historias
románticas y a la vez trágicas.
El Gnomo es un relato que me ha gustado
mucho cuando aparece el viejo Gregorio aconsejando a las jóvenes sobre el
peligro de los Gnomos y sobre todo me deja con el bello de punta cuando aparece
el cántaro de Marta, una de ellas, roto junto a la fuente y de ella no vuelve a
saberse nada, únicamente se la escucha
llorar junto a la fuente, atrapada en ese mundo de espíritus para siempre.
La cueva de la mora es una historia
fabulosa de lo más romántica y a la vez de lo más trágico. En baños de Fítero,
un castillo abandonado de la época de la reconquista, cuenta este relato de
amor entre dos culturas que acaba de forma cruel pero muy bonita a la vez y con
el misterio de los dos amantes, mora y cristiano. El caballero es herido de
muerte, la mujer lo encuentra y lo lleva hasta una cueva pero le alcanza una
flecha durante el traslado siendo herida de muerte, el la pide agua y cuando va
a dársela ambos ya esperando la muerte, el la bautiza con esa agua pidiéndole
al Señor que la acoja en su religión. Cuentan
que los espíritus salen por los
alrededores de la cueva a recoger agua.
Podría citar muchos mas relatos, pero yo
destaco estos dos, sin descartar los demás que son auténticas obras de arte de
este fabuloso escritor único en la historia.
Todo un clásico que recomiendo para
pasar unos momentos agradables de lectura a través de sus 21 relatos.
En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera
literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir
una Historia de los templos de España fue un fracaso, y sólo consiguió
publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al
periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente
del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el
seudónimo de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en
cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque
algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la
que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El
caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos
la musa de algunas de sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó
erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría
mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado
las composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico,
con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió
en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano en las escapadas de éste
a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en
los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas
y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías
sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en
1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas
descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866,
en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar
sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus
Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero con la revolución
de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí
acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original
había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución
septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La
Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió
extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su
amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su
óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.
Las leí hace muchos años y me parecen imprescindibles.
ResponderEliminarSin duda, un clásico imprescindible, me han entrado ganas de retomarlo! :-) Un beso!
ResponderEliminarEs de esos libros que siempre están en la memoria, aunque todavía no lo he leído.
ResponderEliminarBesos