martes, 26 de marzo de 2013

Reseña Leyendas de Gustavo Adolfo Bècquer

Datos del libro

  • Nº de páginas: 285 págs.
  • Editorial: PLUTON EDICIONES
  • Lengua: ESPAÑOL
  • Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
  • ISBN: 9788415089193
  • Año edicón: 2011
  • Plaza de edición: BARCELONA
 

Sinopsis

Hijas de las fantasías del poeta y narrador español Gustavo Adolfo Bécquer. Nadie como él ha sabido plasmar el espíritu romántico y misterioso que inspiraba la época, así como los amores, sobre todo, aquellos que presentan un final trágico.
 
Opiniòn personal
 
Hace poco he vuelto a leer el libro este libro y como me gusta mucho este autor quise releerlo de nuevo…
Su lectura es muy instructiva, sobre todo por la época en la que està escrita.
Es un libro de 285 páginas pero muy entretenido de leer y más con la magia que transmite Becquer con esas historias románticas y a la vez trágicas.
El Gnomo es un relato que me ha gustado mucho cuando aparece el viejo Gregorio aconsejando a las jóvenes sobre el peligro de los Gnomos y sobre todo me deja con el bello de punta cuando aparece el cántaro de Marta, una de ellas, roto junto a la fuente y de ella no vuelve a saberse nada, únicamente  se la escucha llorar junto a la fuente, atrapada en ese mundo de espíritus para siempre.
La cueva de la mora es una historia fabulosa de lo más romántica y a la vez de lo más trágico. En baños de Fítero, un castillo abandonado de la época de la reconquista, cuenta este relato de amor entre dos culturas que acaba de forma cruel pero muy bonita a la vez y con el misterio de los dos amantes, mora y cristiano. El caballero es herido de muerte, la mujer lo encuentra y lo lleva hasta una cueva pero le alcanza una flecha durante el traslado siendo herida de muerte, el la pide agua y cuando va a dársela ambos ya esperando la muerte, el la bautiza con esa agua pidiéndole al Señor que la acoja en su religión. Cuentan  que los  espíritus salen por los alrededores de la cueva a recoger agua.
Podría citar muchos mas relatos, pero yo destaco estos dos, sin descartar los demás que son auténticas obras de arte de este fabuloso escritor único en la historia.
Todo un clásico que recomiendo para pasar unos momentos agradables de lectura a través de sus 21 relatos.
 
 
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836-Madrid, 1870 Poeta español. Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura.
En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.

3 comentarios:

  1. Las leí hace muchos años y me parecen imprescindibles.

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  2. Sin duda, un clásico imprescindible, me han entrado ganas de retomarlo! :-) Un beso!

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  3. Es de esos libros que siempre están en la memoria, aunque todavía no lo he leído.
    Besos

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